“Nuestra mayor satisfacción es comprobar que animales a los que hemos cuidado y liberado siguen vivos y en buen estado después de varios años”
Chabier González Esteban estudió en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza, aunque su formación en materia de historia natural fue autodidacta. “El conocimiento de las distintas especies de animales vertebrados, sobre todo, lo adquirí como naturalista de campo, mi afición o, más bien, mi modo de vida. Desde los 13 años empecé a observar animales, plantas y paisajes, primero en mi pueblo (Molinos, Teruel), y después por todo Aragón”, explica. “El contacto con personas que sabían más que yo, la observación directa, y la ávida lectura de cientos de libros y artículos científicos relacionados con la biología, evolución, ecología y fisiología de las diferentes especies de nuestra fauna fueron los cauces para aprender materias que ahora, en mi trabajo actual, resultan esenciales”, añade. Tras terminar los estudios, sus primeras experiencias como veterinario fueron breves periodos de trabajo en explotaciones de vacuno lechero y en las campañas de vacunación y saneamiento de ovino extensivo de Carnearagón. Este año ha recibido el Premio Aragón Medio Ambiente 2024 por su trabajo, que le ha posicionado como uno de los mayores expertos a nivel nacional e internacional en los diferentes tratamientos de fauna silvestre. Se trata de un reconocimiento a sus casi 30 años de dedicación a la rehabilitación y diagnóstico de animales salvajes en el complejo de Pastriz, donde cada año atiende más de 6.000 casos de unas 140 especies de vertebrados terrestres.
¿Cuál ha sido su trayectoria en SARGA?
En 1997 comencé a trabajar en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de La Alfranca, primero como autónomo socio de una SAL que concursaba para la adjudicación de la propuesta de mantenimiento que ofertaba el Gobierno de Aragón. Desde 2002 pasamos a estar contratados por SIRASA, al poco de fundarse. Después, se creó SODEMASA y los trabajadores de SIRASA que nos ocupábamos de tareas medioambientales pasamos a integrarnos en esta nueva empresa pública. Tras la fusión de ambas empresas en SARGA, pasamos a ser parte de esta.
¿En qué consiste su trabajo diario?
En prestar atención veterinaria a animales vivos y realizar el examen forense de cadáveres. El cuidado de animales ya ingresados incluye alimentación forzada, curas diversas, administración de medicamentos, análisis de hematología, parasitología, radiología, etc. y, en general, evaluar su evolución hasta la liberación. Los nuevos ingresos deben ser examinados, utilizando pruebas complementarias en caso necesario, y su tratamiento puede ir desde la simple alimentación hasta la intervención quirúrgica. Respecto al estudio forense, realizo necropsias todos los días y, cuando las lesiones lo requieren, tomo muestras que se examinan dentro del propio centro o se envían a laboratorios específicos. Además de los animales pertenecientes a especies protegidas, se estudian los cadáveres de animales de abasto –ovejas, sobre todo- para determinar si el causante de la muerte ha sido un carnívoro protegido. Además, a requerimiento de la Administración, los juzgados o asociaciones, la información obtenida se plasma en informes diversos. Así que mi trabajo diario puede comenzar cebando un pollo de golondrina, seguir con la operación del húmero de un águila real, la necropsia de un quebrantahuesos, el examen al microscopio de huevos de nematodo hallados en el estornudo de un erizo, la radiografía de una nutria, la preparación de un informe sobre un presunto ataque de lobo… y las frecuentes sorpresas que la jornada va trayendo.
¿Qué es lo que más le gusta?
Precisamente eso: la enorme variedad de trabajos realizados a lo largo del día, todos relacionados con campos de la ciencia que me apasionan. Y, por supuesto, la liberación final de esos animales que han estado a nuestro cuidado.
¿Y lo que menos?
Tener que discutir de forma absurda con colegas veterinarios o propietarios de ganado que, sin tener formación alguna en materia de lesiones provocadas por carnívoros salvajes, se niegan a aceptar el resultado de las necropsias de sus reses. No es tanto que no me guste como que se hace una tarea dura. Esta parte didáctica se hace difícil cuando la otra parte no está dispuesta a aceptar las explicaciones por una idea prefijada anteriormente, a pesar de las evidencias obtenidas en las necropsias.
¿Destacaría algún caso por excepcional?
Los casos que solemos recordar son los de animales que hemos liberado y siguen vivos y en buen estado después de varios años. Hay un águila real que llegó de La Muela tras sufrir una electrocución y conseguimos recuperarla tras una larga estancia en el CR, porque la electrocución provoca daños sumamente graves que normalmente acarrean la muerte o una incapacidad. Ocho años después, el Gobierno de Navarra capturó varios adultos reproductores de águila real para equiparlos con emisores de seguimiento y la sorpresa fue que este ejemplar resultó ser uno de ellos.
¿Qué proyectos de futuro va a afrontar SARGA en su campo?
Se está llevando a cabo una importante ampliación de las instalaciones del CRFS, para hacer frente al creciente número de ingresos, lo que esperamos que lleve aparejado un incremento de personal.
¿Cree que la sociedad aragonesa, los ciudadanos, saben lo que es SARGA y valora lo fundamental de su existencia?
Mi percepción es que SARGA es una empresa bien conocida por las personas que tienen su medio de vida y sus intereses en el medio rural, así como por los ciudadanos a los que les interesa el medio ambiente en cualquiera de sus vertientes. Sobre el resto de la sociedad no dispongo de datos, por lo que no puedo opinar.