SOCIEDAD Aragonesa de gestión agroambiental

Los incendios de Ateca y Añón de Moncayo de 2022 inspiran un libro clave sobre la Dirección técnica de extinción

Alberto Mir Sabaté, ingeniero técnico forestal del Gobierno de Aragón y director de extinción de incendios forestales desde 2005, es uno de los coordinadores del libro “La Dirección Técnica de Extinción de Incendios Forestales en España: nuevos retos”. Se trata de una obra colectiva que recoge el conocimiento técnico y la experiencia acumulada por profesionales de todo el país en la gestión de grandes incendios forestales. El libro ha sido co-coordinado junto al profesor Domingo Molina Terrén, docente en la Universidad de Lérida y director de la revista Incendios y Riesgos Naturales, en la que colabora Mir.

La publicación, de 555 páginas y elaborada por 94 autores a través de 87 artículos, está financiada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que acogerá su presentación oficial el próximo 23 de junio, de 9:00 a 14:00 horas, en el salón de actos del Ministerio. La obra está disponible para su descarga gratuita en esta web.

Profesionalización, nuevas tecnologías y comunicación social

El libro también refleja los avances en la profesionalización de los dispositivos de extinción, destacando medidas adoptadas en Aragón como la contratación anual de las cuadrillas terrestres por parte de SARGA y el Plan de Formación Continua de todo el dispositivo. “Eso genera equipos más estables, con más formación, más experiencia y mayor confianza por parte de los mandos en el operativo”, valora Mir.

En paralelo, se destacan las nuevas herramientas tecnológicas que, aunque no están presentes todavía en el dispositivo aragonés, ya están transformando el trabajo en emergencias. Destaca el uso de drones con cámaras térmicas para detectar puntos calientes, grabar líneas de avance del fuego o incluso transportar suministros a zonas inaccesibles. Sin embargo, Mir advierte: “Todo esto debe regularse bien. En las horas de vuelo de los helicópteros hay riesgos. Por eso es fundamental que AESA y Aviación Civil establezcan normas claras para evitar accidentes”.

Una de las novedades del libro es que dedica espacio a cuestiones como la gestión del estrés en las emergencias o el papel de la comunicación social durante un incendio. “Toda población quiere saber qué está pasando y cómo le va a afectar. El oficial de comunicación ya es una figura clave, como en otros países. Tiene que tener formación en periodismo y también conocimientos técnicos para saber comunicar sin generar alarma”, afirma el autor.

Una reflexión necesaria tras un verano crítico en Aragón

La idea de este libro surge tras los incendios forestales del verano de 2022, especialmente los de Ateca y Añón del Moncayo, los más graves registrados aquel año en Aragón. Alberto Mir participó como director técnico de extinción tipo C, figura que actúa en los grandes incendios forestales. “Ese verano supuso un antes y un después. El comportamiento del fuego nos obligó a replantearnos muchas cosas. Vimos cómo incendios que tradicionalmente se quedaban en el monte alcanzaban núcleos de población con una intensidad del frente inusual”, explica Mir.

Los incendios de 2022 no solo arrasaron superficie forestal: afectaron de forma directa a las poblaciones, provocaron desalojos y pusieron sobre la mesa la necesidad de una actualización y mejora de protocolos claros para proteger a la ciudadanía. “Hasta ahora creíamos que en Aragón los incendios no llegarían a las casas, pero la transición del fuego del monte a zonas agrícolas, y de ahí a zonas habitadas, fue una realidad”, añade el ingeniero, que presta servicio actualmente en la Sección de Defensa de la Propiedad de la provincia de Zaragoza.

De incendio forestal a emergencia civil

Uno de los mensajes del libro es que los incendios forestales ya no pueden entenderse solo como un fenómeno natural. “Lo que antes era un incendio en el monte ahora es una emergencia civil compleja que requiere preparación previa, implicación de las administraciones locales y trabajo coordinado entre múltiples cuerpos”, explica Mir.

En ese sentido, la Dirección Técnica de Extinción debe centrarse, como recuerda Mir, en proteger vidas humanas, bienes públicos y privados, y el medio natural. Para lograrlo, la clave está en la planificación estratégica: “El día del incendio no es el momento de improvisar. Todo tiene que haber estado trabajado antes: limpieza de entornos, planes municipales, formación de la población, coordinación con bomberos urbanos…”.

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